TRABAJO EN EQUIPO
-DR. JORGE MÉNDEZ TRUJEQUE
“Juntarse es el principio, mantenerse juntos el progreso, trabajar en equipo es el éxito.”
Henry Ford
Un trabajo en equipo lleva implícito un conjunto de personas que se organizan de una forma determinada para lograr un objetivo común. Así de fácil, pero que difícil es hacerlo realidad. Durante nuestra formación médica nos enseñaron anatomía, fisiología, disección y materias afines como bioética y otras más, pero no nos enseñaron a trabajar en equipo.
Trabajar en equipo ha sido siempre importante, pero en la vida actual es imprescindible. El trabajo en equipo es parte del ADN del ser humano, somos una especie, entre otras, que necesita de la colaboración para poder funcionar. Por otra parte, no se puede concebir la realización de grandes logros sin un trabajo grupal, esto aplica para obras materiales, como la muralla china, o para proyectos específicos o generales, como una candidatura presidencial, etc. Actualmente un parámetro para medir el desarrollo de una empresa, institución o persona es su capacidad de trabajar en equipo.
Cuando se trabaja en equipo los esfuerzos de todos los miembros se potencializan dando lugar a un menor tiempo de acción y mejores resultados. El lograr que los participantes en el grupo tengan la misma meta y que cada quien sea responsable de su área y de llegar al objetivo común trazado, es lo ideal para cualquier tipo de organización. Por lo general, no es adecuado que hayan dos o más equipos de trabajo en una organización compartiendo el mismo objetivo, ya que el trabajar en equipo es la capacidad de trabajar juntos hacia una visión común. Por otro lado, no basta con tener a la gente más talentosa, sino también conseguir que esos talentos trabajen en equipo.
Algunos consejos para lograr trabajar en equipo de manera adecuada son:
Confianza. Es el elemento principal para un trabajo en equipo, ya que sin ella no se logrará nada más. Todos los miembros del equipo deben confiar en cada uno de los integrantes. Hay que propiciar un ambiente donde los integrantes entiendan sus roles y conozcan sus habilidades, para que sepan cómo apoyarse mutuamente.
Objetivos Comunes. Desde el principio hay que dejar muy claro cuales son los objetivos a lograr y definir cómo cada integrante del equipo contribuirá para cumplirlos. Todos los seres humanos tienen metas personales que buscan cumplir, pero una de las claves más importantes del buen funcionamiento de un equipo de trabajo, es que las metas personales sean compatibles con los objetivos del equipo.
Sentido de Pertenencia. De manera natural, el ser humano necesita sentirse parte de algo, el factor más poderoso en la creación de equipos es el desarrollo de una identidad común. Debe quedar claro lo que identifica al equipo, hay fijar valores y hacer que cada miembro esté consciente del impacto de su participación en el equipo.
Entendimiento entre las partes. Siempre ha sido muy fácil criticar o subestimar el trabajo de los demás, cuando uno no lo conoce o no lo ha ejecutado. Para evitar esto, habrá que hacer reuniones para que cada integrante explique su labor a detalle o de ser posible realizar ejercicios de rotación de áreas. Por lo general, la organización de un proyecto implica algún tipo de división de tareas, esto supone que cada integrante del equipo realice una serie de tareas de modo independiente, pero debe quedar claro que todos son responsables del total de los resultados del equipo.
Toma de decisiones. Por lo general, es conveniente involucrar a los integrantes del equipo en la toma de decisiones. Lo anterior genera una lluvia de ideas, abre la mente y motiva a cada participante a compartir su opinión, lo cual produce mayor apego al grupo. Esto, no siempre será posible ya que algunas decisiones se tomarán con otros criterios, pero por lo general, si hay esa retroalimentación y aporte de opiniones, será más fácil implementar cualquier cambio o estrategia.
Comunicación. Los equipos más efectivos son los que se escuchan y retroalimentan. Es importante que continuamente intercambien opiniones y creen estrategias y proyectos en conjunto. Debe haber canales de comunicación adecuados a las necesidades del grupo para estar siempre en contacto.
Responsabilidad y Compromiso. Los integrantes del equipo deben tener claro que los problemas, fracasos y aciertos son compartidos y responsabilidad de todos y cada uno. Hay que evitar la mentalidad de “éste no es mi problema”.
Diversidad. Lo ideal es que en el equipo de trabajo haya personalidades e intereses distintos pero que se compartan valores y un compromiso con el proyecto. Un grupo homogéneo puede operar con eficiencia pero con poca innovación. Lo ideal es que los integrantes del equipo de trabajo tengan características diferentes en experiencia, formación, personalidad, aptitudes, etc.
Éxitos Grupales. Cuando algo sale bien, no necesariamente haber logrado el objetivo final, debe haber palabras de aliento y mencionar el valor del trabajo de todos los integrantes del equipo. Se puede destacar el papel de cada uno, pero hay que destacar el resultado grupal. Aunque se reconozca el trabajo individual, es importante que las recompensas se den por los resultados del equipo.
Líder. Todo equipo de trabajo necesita de un líder que será apoyado a tomar decisiones adecuadas con base en las ideas y opiniones de todo el equipo.
El equipo de trabajo funciona si:
– Se sostienen reuniones productivas. Después de cada junta, los asistentes saben bien que pasos hay que seguir y sienten que su presencia y participación fue importante. Las reuniones son muy importantes ya que generan nuevas ideas y estrategias para lograr el objetivo.
– Cuando los miembros saben que hacer y conocen su impacto en el grupo y se producen nuevas ideas e innovaciones que permiten el crecimiento grupal. Hay que fomentar la creatividad e innovación de todos.
– Cuando se escuchan con interés las opiniones de los demás y ayudan a ofrecer soluciones. Cuando surge un problema o contingencia y todos están dispuestos a apoyar.
– Cuando las decisiones se sustentan y consensan.
El equipo de trabajo NO funciona si:
– Cada área se preocupa por sus propias metas y culpan a los demás de no alcanzarlas.
– No se conocen o no se comunican continuamente entre ellos.
– Existe una competencia (no sana) entre áreas o individuos.
-No confían en los demás miembros o existe una falta de respeto o descalificación hacia su trabajo.
-Cuando se empieza a hablar de uno y no todos.
-Cuando las decisiones son arbitrarias o no sustentadas.
No hay que olvidar que cuando el “yo” se reemplaza por el “nosotros”, incluso la enfermedad se convierte en salud.
Y tú, ¿sabes trabajar en equipo?